jueves, 21 de octubre de 2010

Capitulo 35











Thiago y Simón están juntos. Duermen en la misma cama, no hacen el amor. Se conforman con besos y caricias. Están los dos desnudos pero sin tener sexo. Es algo nuevo para ambos pero lo disfrutan. Se han quedado dormidos muy juntitos. Abrazados, con sus cabezas unidas. Ambos han sufrido en este tiempo de separación y el uno es el mejor apoyo para el otro. Los despierta el celular de Simón. Dormían muy a gusto y es algo que les molesta a ambos.
--¿quién es, mi amor? ¿porqué no desconectaste?
Simón no tiene ganas de moverse. Está demasiado feliz en brazos de su amado.
--no te preocupes... Ya parará.
Simón no abre los ojos. Thiago sí se ha desvelado. El celular no deja de sonar.
--Agarralo... así no podremos dormir.
Simón lo busca medio dormido. No tiene ganas de abrir los ojos y ni mira quien es.
--¿si?
Habla con mucho sueño. La voz de Pablo suena enojada.
--¿¿estás con él, verdad?
Simón se sobresalta.
--¡Pablo¡
Thiago se muere de los celos. Se levanta de la cama, se pone el boxers. Empieza a dar vueltas por la habitación nervioso mientras su amado habla con el que aún es su novio. Pablo está ofendido, dolido.
--¡me podrías haber dicho que terminamos en la cara¡ ¡¡no que me enterara por la prensa¡
Simón no sabe bien que decir porque sabe que no tiene excusa.
--lo siento yo... es que...
Pablo está enojado, no lo deja seguir.
--¡creo que no me lo merezco¡
--tenemos que hablar.
--haceme un favor... ¡dejame en paz, no te quiero volver a ver¡
Pablo ha sido importante para Simón, lo ha ayudado en un momento en que la soledad lo estaba matando y le duele mucho haberlo lastimado.
--no terminemos así...
Pablo tiene el corazón roto. No deja de llorar. Simón siente su angustia y eso lo pone peor.
--¡te lo pregunté y me dijiste que no¡ --le reclama Pablo.
--lo siento pero... –Simón con culpa.
--¡¡ya olvidalo, todo ha acabado con nosotros, te ahorro el trabajo de que me des la cara¡
Simón siente que Pablo merece algo más. Le duele que su ruptura sea por teléfono:
--No podemos terminar así. No te lo mereces.
Pablo sonríe con rabia. Le diría muchas cosas pero siente que no merece la pena. Él siempre supo que Simón lo amaba a Thiago y cuando volvió sabía perfectamente que su historia con Simón había acabado. Le hubiera gustado que Simón fuera honesto con él pero ya es tarde para reclamos. Habla con un rencor que lastima a Simón.
--¡no me busques, olvida que nos conocimos¡
--¡no, espera¡
Le cuelga y Simón se queda triste.
--lo siento –le dice Thiago.
Simón se sienta en la cama. Con los pies en el piso.
--La culpa es mía.
Thiago se arrodilla ante él.
--Yo no te quería hacer pasar un mal rato pero es que te amo tanto...
Simón le devuelve las caricias:
--habría sido como perder mi alma si te hubiera perdido para siempre. Gracias por insistir, por no dejarme cometer ese error.
Thiago sonríe al ver a Simón feliz a su lado.
--¿en serio estás contento de estar conmigo?
Se sonríen con dulzura. Se miran muy enamorados.
--sos lo mejor que me pasó –Simón.
Thiago lo besa feliz.
--Te amo tanto.
Simón le pone las manos en las mejillas:
--Yo te amo tanto mi amor y lo que más quiero es pasar el resto de mi vida contigo.
Thiago está feliz por lo que escucha.
--¡yo también... yo también¡
--Pablo fue un refugio a mi atormentada alma, no lo quería dejar por pena por yo siempre quise estar contigo...
Los dos se funden en un abrazo. Están tan felices de estar nuevamente juntos que hasta se le escapan las lágrimas. Se besan, se dicen unas cuantas veces lo mucho que se aman.
--ya no pensemos en el pasado... ahora tenemos toda la vida juntos –dice Thiago.
Thiago cae sobre Simón los dos en la cama. Se miran con deseo. Ambos desean hacer el amor pero Thiago lleva mucho tiempo sin practicar y teme estar desentrenado, además recién enterró a su hermana. No es el momento.
--¿intentamos dormir?
Simón lo mira sofocado:
--¿dormir?
Thiago sonríe tímido.
--si, ¿no?
Simón le acaricia dulcemente:
--si claro que sí.
Aunque la atracción que siente el uno hacia el otro es muy intensa lo es más su amor. No necesitan tener sexo para disfrutar juntos. Les basta con estar el uno al lado del otro. Amándose cada día más.


Cargados de ilusiones y con mucho amor, Simón y Thiago llegan a España, a Barcelona. Thiago va cargado con las maletas. Simón se ocupa del pequeño al que cuida muy amorosamente. La productora les ha preparado un pequeño apartamento pero muy acogedor. Entran contentos y felices. Son una familia. Thiago deja las maletas y besa a su amado que sigue con Simoncito. Sus miradas, sus te amo indican los felices que son. Contemplan el que será su hogar por una temporada.
--Nuestra casa... –dice Thiago.
Simón le guiña el ojo. Están juntos y tienen un hijo. No necesitan nada más.
--¿estás contento? –Simón.
--A tu lado siempre... ¿y tú?
Simón besa al pequeño, besa a Thiago y dice:
--tengo siempre lo que soñé.
Se besan emocionados. Van al dormitorio. Simón se sienta en la cama con el bebé al que da de comer mientras Thiago monta la cunita. Entre los dos lo acuestan.
--me muero del hambre –dice Thiago.
Simón lo mira con cara de depravado:
--pedimos algo para comer o pasamos el rato de otra manera?
El uno frente al otro junto a la cama. Se miran con cara de ahora sí. Se miran con complicidad mientras se besan apasionadamente. Se van desnudando el uno al otro mientras se devoran con sus manos, con sus besos. Sus pieles lloran de felicidad por lo mucho que se han extrañado. Sus ojos chispean por la inmensa felicidad que sienten al estar de nuevo el uno junto al otro.






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