Capitulo 13

Thiago está en su casa de la montaña. Bebe y llora. De repente su rostro se desencaja.
--¿¿¡qué haces tu aquí??¡
Y como un loco se lanza hacia Lucas que ha aparecido como de la nada. Lucas no responde. Es lo que quería. Thiago se desahoga. No lo mata a golpes porque la empleada comienza a gritar.
--¡¡pare, pare¡ ¡¡voy a llamar a la policía¡
Thiago se aparta de Lucas. Se lleva las manos a la cabeza.
--¡larguense los dos¡ --dice con odio.
La empleada ayuda a Lucas a levantarse.
--¿puede caminar?
--si, puedo.
La chica aprovecha para magrear bien al guapo Lucas.
--lastima que sea tan gay –dice ella para sí.
Thiago está dolido.
--¡a qué esperan¡ ¡LARGO¡
Antes de salir por la puerta, Lucas mira a Thiago desafiante.
--¡Simon nunca volverá a ser tuyo¡ ¡¡Antes seré yo el que se acueste con él¡
Thiago le empieza a lanzar cosas como loco. Lucas se va riendo ayudado por la encantada chica que lo que más le gustaría es llevárselo a su cama. Thiago se derrumba y cae en el piso llorando amargamente.

Simón está hundido. Se ha encerrado en su apartamento. No atiende los teléfonos. No abre a nadie. No prende la tele. No quiere escuchar: te lo dije. Sólo llora.



Por otro lado, Lucas aparece en todos los programas de chismes contando todo lo que ha pasado. No cuenta toda la verdad. No dice que se ha acostado con Thiago. Sólo se presenta como una víctima:
--Mi único error es amar a Simón. Thiago es un monstruo. Me alegro que Simón se liberara, lo tenía prisionero. Thiago puede acostarse con quien quiera pero Simón no puede ni tener un amigo.
La ex empleada de Thiago es testigo de Lucas. Las heridas de Lucas y la confesión de la mucama de que ha sido Thiago impresionan mucho a la audiencia.
--has presentado demanda? –le preguntan desde el programa “Hundeme”
--No porque yo le quiero como a un hermano. No deseo hacerle daño…
Las falsas lágrimas de Lucas hacen que la mayor parte de la audiencia se ponga de su lado.
Ignacio apaga la tele muy decepcionado.
--Thiago no es lo que parecía… ¡Es un monstruo¡
Estefanía está a su lado.
--Yo te lo dije. No entiendo como alguien se puede enamorar de él. Te cuenta cuatro versos y la gente cae rendida… Nadie en su sano juicio puede amar a alguien por las cuatro palabras bonitas que te puede decir ese. Hay que saber conocer a esos sinvergüenzas.
Ignacio entra en su habitación y rompe todas las fotos de Thiago llorando. Estefanía lo mira burlona.
--pero ¿porqué te afecta tanto lo que te haga ese?
--¡tú no lo entiendes¡ --dice Ignacio triste.
Thiago era su sueño y se le ha roto pero le queda Simón. Es tan guapo y le gusta mucho.
--a lo mejor tú puedes curar sus heridas –dice ella riendo.
Ignacio no quisiera otra cosa pero lo ve imposible.
--Simón es una estrella, está demasiado alto para mí.


Van pasando los días. Lentamente almenos para el herido matrimonio. Simón, muy triste, trata de hacer su vida normal. Se dirige a su trabajo como imagen de una perfumería. Presenta un nuevo perfume. Justo en la puerta del recinto alguien la agarra de la mano:
--sabía que tarde o temprano nos veríamos las caras...
Simón está muy enojado:
--¡¡soltame o grito¡¡
Thiago lo estrecha contra su cuerpo:
--¡¡eres mi esposo¡
--¡¡estamos separados¡¡
--¡¡eres mi esposo¡¡
--¡¡eso solo es un papel que se puede romper¡
Thiago está desesperado:
--¡¡nunca te voy a dar el divorcio¡¡
Simón lo mira con mucho rencor:
--¡¡Nunca te voy a perdonar¡¡
Thiago llora pero no se resigna a perder a Simón:
--tarde o temprano él me va a perdonar...

Thiago trata de acercarse a su amado Simón por la prensa. Cuando le preguntan por su separación, muy serio, pero muy enamorado, dice:
--todo fue mi culpa, yo estoy enamorado de Simón hasta los huesos, si él me dice ven yo me arrastro a sus pies...
Simón se emociona al escuchar el mensaje. Como ocurriera meses atrás, Thiago tiene la esperanza que Simón reaccione y lo busque. Tumbado sobre su cama, Simón llora por todo el amor que siente y que se tiene que tragar.

Simón se refugia en su trabajo, en sus fans. Lee cada uno de los mensajes que le llegan en su página web. Le llama la atención un mensaje titulado: “Se va muriendo mi alma”. Es de Ignacio que le escribe desde el corazón:
--Espero que no te moleste que te escriba, seguro que te parece una tontería lo que te voy a decir pero necesito decirte lo que siento. Sé que tú también lo debes estar pasando mal y lo que menos quiero es molestarte. Sólo quisiera poder ayudarte. Me encanta tu trabajo. Gracias a ti sonrío y disfruto. Cuando me siento delante de la pantalla al ver la serie es cuando paso los mejores momentos de mi vida.
El mensaje es largo pero ha llamado la atención de Simón que lo lee con atención.
--Espero que no te duela que te hable de él, de Thiago.
Simón siente una punzada de dolor en el alma al leer ese nombre y está apunto de borrar el mensaje pero Ignacio le está desnudando sus sentimientos y decide seguir con la lectura. Le despierta demasiada curiosidad lo que le pueda decir.
--Tal vez te rías y no me puedas entender pero he amado a Thiago desde niño. Luego ya poco a poco tú también te metías en mi vida, en mis sueños. Raro es el día en el que no sueño con uno de los dos cuando no con los dos… ¡¡es tan bello estar con ustedes¡ ¡Sé que Thiago te ha lastimado y me ha lastimado a mí¡ ¡He roto todos los lazos que me unían a él, sus fotos, sus grabaciones, sólo veo la novela en la que sales tú, sólo vivo por ti. Me gustaría poder conocerte, sería tan feliz. No quiero robarte más tiempo pero quiero que sepas que nadie más que tú merece ser feliz ¡ojalá lo seas¡ ¡¡Seguro que sí¡ Quiero que sepas que en un rincón de este país hay alguien que vivo por ti, que reza porque seas feliz. Te quiero mucho.
Las lágrimas de Simón mojan el teclado. Se levanta. Ha sido muy intenso el mensaje. Tiene que contestarle pero no sabe cómo. Empieza a dar unas vueltas por la habitación. El mensaje de Ignacio hace que Simón tenga el valor de llamar al abogado.
--necesito verlo ahora.
Luego se pone en la pantalla y comienza a responder el mensaje:
-- como me va a parecer unas tonterías lo que sientes… me puedes escribir siempre que quieras. A mi me va muy bien. Gracias.
No es muy largo porque tampoco sabe que contestarle. Simón no imagina la felicidad que recibe Ignacio al ver la respuesta. No deja de gritar y saltar. Se siente el chico más feliz del mundo.

Mientras, Estefanía sigue repartiendo la ropa que plancha a domicilio.
--hola…
Es una voz coqueta. Es la voz de León. A la chica le penetra muy adentro. Ese chico le remueve algo que no sabía cómo definir. Le gusta pero a la vez le da miedo. León se le pone delante.
--oye ¿es que no me escuchas?
Estefanía vibra con él. Se muestra dura porque le parece mal que le guste ese adolescente.
--¡quita niño¡.
A él le duele que ella lo trate de niño. La mira seductor. Le guiña el ojo:
--si tú quieres te voy a demostrar que soy un hombre. El mejor macho que ha pasado por tu cama.
Estefanía se altera y lo abofetea:
--¡yo nunca he estado con un hombre y jamás estaría contigo¡
La chica huye y León sonríe con cara de depravado:
--¿una virgencita? –dice sonriente y con ganas de comérsela.

Por su lado, Thiago sufre un fuerte golpe cuando Simón le manda un abogado con su petición de divorcio. Thiago rompe papeles del divorcio. Echa al abogado casi a patadas.
--¡¡decile a Simón que nunca le daré el divorcio¡¡
El abogado se va corriendo asustado por la furia de Thiago que a solas llora como un loco tirando todo lo que encuentra a su alcance.