martes, 14 de septiembre de 2010

Capitulo 15









En la casa de la montaña, Simón y Thiago están sentados en el sofá. Thiago con el portátil.
--¿seguro que me ibas a mostrar la demanda del divorcio?
--No, tenías razón. Todo era un truco para traerte acá --dice Thiago guiñándole el ojo.
Se miran, ríen con complicidad. Simón le pone la mano en el muslo mientras mete la otra mano por debajo de la remera para sacársela. Se lo tira hacia él y lo besa. Thiago, muy apuesto con su torso desnudo, le desabrocha los pantalones a Simón mientras le toca la verga que está ya gigantesca. Ambos se desean y no quieren perder tiempo. Thiago libera ese bello miembro que parece que vaya a explotar y lo engulle. Mientras le chupa su gordo y enorme pene a Simón, Thiago se va desnudando a la vez que se masturba. Simón le acaricia la espalda. Thiago le agarra los testículos a Simón mientras no deja de chuparle la verga. El placer de ambos es infinito. Simón jadea. Thiago sólo se mete en la boca la punta de la verga porque no le cabe toda pero igual saborea bien. Se la saca, lame por los lados. Mordisquea, chupa, traga. Simón jadea. Le acaricia la cabeza, se la empuja para que trague más y vaya más rápido. Thiago casi se ahoga pero no dice nada. Thiago se aparta de Simón. Tiene los pantalones y los bóxers en los pies. Se saca la ropa. Simón seguía vestido. Se saca la camisa, los pantalones, los bóxers. Se desnuda mientras él y Thiago se miran con intensidad. Los dos de pie, frente a frente. Juegan con sus vergas como si fueran dos espadas y lucharan una contra la otra. Se besan mientras frotan sus lanzas. Simón se tumba en el piso y Thiago sobre él. La verga de Thiago sobre la cara de Simón y así se las chupan los dos a la vez. Simón se la chupa ansiosa, con una mano en el muslo y con la otra en el hombro. Thiago tiene una mano en el piso y con la otra le agarra los testículos a Simón.
--si, si… vamos… sí –jadea Simón.
Entonces Thiago se levanta. Simón queda en la misma posición y Thiago le lame todo el culo. En especial el agujero.
--si, si –jadea Simón mientras se va masturbando.
Simón con la cabeza en el piso, bien tumbado. Relajado, gozando. Disfrutando enormente. Thiago le realiza el trabajo meticulosamente. Mueve la lengua muy rápido en el interior del ano y Simón se retuerce de placer.
--el condón… ponte un condón –jadea Simón.
Thiago no quiere perder el tiempo y le duele que su amado no confíe en él.
--sólo contigo no uso condón –sentencia.
Simón va a levantarse pero Thiago le da un golpe para tumbarlo.
--¡no te muevas¡
Thiago mira a Simón con cara de depravado. Corre a un cajón en dónde tiene una caja. Simón siente odio. ¿Para qué tiene preservativos si con él no los usa? Simón sabe la respuesta. Eso aumenta el rencor que Simón tiene hacia su amado, un rencor mezclado con deseo. Simón se levanta. Thiago lo mira excitado y además con dulzura mientras se calza.
--No te vayas…
Se miran con ojos libidinosos. Simón siente amor, odio pero el deseo es más fuerte que otra cosa y de nuevo se deja dominar por Thiago. Se tumba de nuevo en el piso. Thiago ya no espera más, le abre las piernas y se la mete. Simón jadea mientras Thiago se abre paso dentro de él.
--ah, si, sí…
Simón bien relajado, con la cabeza totalmente apoyada en el piso. Mientras Thiago se esfuerza en darle placer y a la vez recibiendo él mucho gozo.
--¡si, sí¡ --jadea Thiago.
Se aman y a la vez se desean. Han sentido perderse y ambos disfrutan que sus cuerpos estén totalmente unidos una vez más.
Thiago explota. Se saca el preservativo que tira al piso y cae sobre su amado. Lo besa. Lo acaricia. Se besan. Simón se levanta.
--aún no hemos acabado, ahora me toca a mí.
Simón lo mira con cara de travieso.
--¿tú dices? Estoy cansado –suplica Thiago.
--No tienes que hacer nada, sólo obedecer.
Simón es algo brusco. Mira con ojos libidinosos. A Thiago no le gusta demasiado ser pasivo pero se deja hacer para complacer a Simón. Éste mira a Thiago como si quisiera matarlo. Thiago traga saliva.
--procura que no me duela, sabes que no estoy acostumbrado –dice Thiago temeroso.
Pero Simón lo agarra como si fuera un muñeco y le hace ponerse a cuatro patas. Thiago se deja hacer por amor pese a que Simón muy cariñoso no es que esté. Thiago mira a Simón. Lo mira con amor. Se muestra sumiso para que el otro se dé cuenta que está dispuesto a todo por volver hacia él. Simón le da unas nalgadas a Thiago, le abre bien el culo. Lo golpea.
--ahora vuelvo… No te muevas.
La espera se le hace eterna. Le gusta ser el que domine pero Thiago no dice nada. Simón baja con uno de los juguetes que a Thiago le gusta usar en Simón pero no al revés. Es un vibrador que Simón le introduce a Thiago sin mucho cuidado. Thiago no está muy acostumbrado a que le metan cosas. Se queja porque le duele pero goza. Jadea y eso le gusta a Simón que acaba siendo más delicado.
--¿te gusta?
--oh si¡¡ --jadea Thiago.
Simón disfruta como si él mismo se la estuviera metiendo. Disfruta sobretodo por el gozo de Thiago que no deja de jadear.
--ay, si… ah¡¡
Finalmente Simón mete su gorda lanza en el trasero de Thiago. Es rápido. Lo golpea con la mano y se la mete toda hasta el fondo sabiendo que lo va a lastimar. Thiago grita de dolor. Agarra uno de los cojines del sofá para morder ya que le duele mucho pero a la vez está sintiendo placer. A Simón le excita que Thiago grita tanto de placer como de dolor. No es delicado, es como si lo estuviera castigando. Se está descargando. Cada vez es más rápido. Pone cara de sátiro. Los jadeos/quejidos de Thiago le ponen muy cachondo y cada vez golpea con más dureza. Aulla como una bestia, grita salvajemente al eyacular. Luego lo besa. Es cariñoso. Thiago ha aguantado el "castigo" como prueba de amor y eso le ha gustado a Simón. Se quedan los dos desnudos el uno en brazos del otro. Thiago es muy dulce con él.
--te amo.
Simón asiente con la cabeza.
--Lo sé.
Thiago esperaba un “yo también” cómo mínimo pero Simón no le dice nada. Entonces Thiago le pregunta casi con miedo
--Ya no me amas?
Los dos tumbados en el piso. Apoyan la cabeza en el cojín que estaba mordiendo Thiago. Mirándose.
--¿es que no lo sabes? Estoy aquí.
Thiago le acaricia la mano:
--lo sé pero es que estabas tan distante, tan agresivo.
--Sabes que no soy así pero lo necesitaba.
Thiago le sonríe:
--Sí me ha gustado no es reclamo pero… ¿estamos juntos, no?
Simón se levanta y empieza a buscar la ropa. Thiago le suplica.
--No te vayas a ir. Te lo suplico.
--¿no es lo que haces normalmente? Ya lo hemos hecho para qué quedarme --dice brusco.
Thiago se levanta. Le arranca la ropa que tiene en las manos:
--contigo no, sabes que contigo siempre ha sido diferente.
--¿y eso se supone que es bueno?
Simón está triste. Ama a Thiago y lo desea pero estar con él lo lastima:
--tus amantes se llevan la mejor parte. Yo sólo sufro.
Thiago se da perfecta cuenta que ha hecho mucho daño a su amado y eso le duele.
--Estoy dispuesto a pedirte perdón las veces que sea necesario.
Simón agarra la ropa y se empieza a vestir. Thiago le suplica con la mirada.
--No te vayas, quedate a pasar la noche contigo… Quedate conmigo.
Simón se abrocha los pantalones. Su respuesta es clara:
--¡no¡
Thiago se lleva las manos a la cabeza:
--¿¿qué es esto?¿¡te acuestas conmigo y luego te vas?
Hay reproche en las palabras de Thiago. Simón no dice nada. Se sigue vistiendo.
--¿es que no te importan mis sentimientos?¿sólo querías desahogarte?
Simón le sonríe con amargura:
--¿nunca te has preguntado a cuanta gente has lastimado?¿has cuantos has dado tu cuerpo y querían algo más?
--Nunca. A nadie. Todos querían lo mismo que yo.
Agarra de la mano a Simón. Se lo acerca:
--sólo yo te he amado y sólo tú me has amado.
Simón lo besa:
--Te he amado y te amaré toda la vida.
--¿y entonces? Quedate conmigo. Mañana juntos iremos a por tus cosas.
Simón se aparta de Thiago:
--Te juro que quisiera volver contigo pero sé que me vas a volver a hacer daño…
--¡te juro que no¡
Pero Simón sabe que esas palabras no significan nada para Thiago, que se las ha dicho demasiadas veces.
--Me has humillado públicamente una y otra vez ¿es que no oyes lo que dicen que mi?¿cómo se burla la gente?
--¡que digan lo que quieran¡
--claro, cómo se nota que no hablan de ti, que no es tu familia la que sufre.
--¿y entonces?
Los dos se miran con dolor.
--No lo sé. En serio qué no sé.
Simón va hacia la puerta. Thiago lo llama, es una voz rota que le sale del alma. Simón se para pero no se gira.
--ya no me digas nada.
Se va sin mirar atrás. Se va llorando y dejando a Thiago roto.

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