martes, 31 de agosto de 2010

Capitulo 8













Thiago y Simón celebran su casamiento de la manera que más les gusta, practicando sexo puro y duro pero con mucho amor. Se aman con sus pieles, con sus jadeos, con sus besos y caricias. Están los dos desnudos en el sofá. Los dos sentados, Thiago con la cabeza en la entrepierna de Simón. Thiago chupa el gigantesco pene de Simón que a punto de reventar de placer. Acaricia, besa los testículos de Simón, engulle el miembro, lame. Simón no deja de jadear y acariciar la cabeza de Thiago hasta que ya no puede más y explota en la boca de su amado que traga con gusto. Simón está agotado por el placer, Thiago le sonríe satisfecho. Le gusta hacerlo disfrutar pero no piensa permitir que descanse. Thiago se pone de pie en el sofá. Su verga justo a la altura de la boca de Simón. Simón está casi en shock por el placer que le ha dado Thiago y no se mueve. Es Thiago el que hace todo el trabajo. Thiago va moviendo la cadera metiendo su pene en la boca de Simón y sacándolo cuando le apetece, lentamente para que Simón lo saboree bien. Los dos se levantan, se miran con complicidad. Los dos desnudos, armados. Sus cuerpos son bellos, ambos parecen dioses aunque Simón está algo bronceado y tiene más músculos que Thiago pero se desean, se gustan. Se aman. Además se conocen a la perfección. Son muchos años haciendo el amor, conocen el cuerpo del otro, lo que le da placer y eso no hace que en ningún momento caigan en la monotonía sino al contrario. Se tumban en el piso. Simón de lado pero poniendo el trasero en pompa para facilitar la entrada del miembro de Thiago que ya se ha calzado con el preservativo. Jadean con placer. Thiago es el más activo. Goza dando placer a Simón. Ambos disfrutan por igual aunque sea Thiago quien haga casi todo el trabajo. Practican varias posturas pero siempre Thiago es el activo. Thiago se sienta en el piso, apoyando la espalda en la sofá. Simón se sienta sobre él, se clava el mismo la lanza de Thiago. Ambos amantes disfrutan probando posturas diferentes que les ayude a que cada vez que están juntos parezca que es la primera vez. Thiago se sube en el sofá, Simón con la espalda en el piso y las piernas abiertas. Thiago lo penetra desde arriba del sofá. Algunas posturas lastiman más a Simón que otras pero a la vez le da placer. A Thiago le excita esos jadeos de Simón que van del dolor al placer más extremo. Simón disfruta dejándose en las manos de Thiago, siendo un muñeco para que él cumpla todas sus fantasías. Simón sabe que eso le da mucho gozo a Thiago y le gusta complacerlo, los dos disfrutan mucho. Thiago explota y mientras tira el preservativo cae encima de Simón. Los dos exhaustos del placer, los dos desnudos. Sonríen, se miran. Casi no tienen fuerzas para nada. Thiago jadea por el agotamiento. No dice nada pero mira a Simón como preguntándolo:
--¿qué tal?
Simón le acaricia la mejilla y lo besa dulcemente:
--te amo…
Thiago sonríe dulcemente. Asiente con la cabeza. Thiago cierra los ojos.
--No, no te quedes dormido… --se queja Simón aunque con cariño.
Simón tiene ganas de disfrutar del momento, de estar un rato acariciándose pero sabe que Thiago después de eyacular no tarda en quedarse dormido.
--sólo unos minutos… --susurra Thiago que está encima de Simón.
Simón le sonríe, lo acaricia:
--pero almenos túmbate en el sofá, luego nos van a doler más los huesos…
Simón sale de debajo de Thiago que queda sólo en el piso medio dormido. Simón le estira del brazo.
--venga al sofá…
Thiago está agotado, agotado del placer. Simón lo ayuda a que se tumbe en el sofá. Simón se queda sentado en un rincón mirando con ternura a su amado. Sonríe feliz.
--te amo, te amo…
Están juntos desde la adolescencia, han hecho el amor cientos de veces pero en cambio siempre le parece como si fuera algo nuevo. Las temporadas en las que no están juntos sufre demasiado y cuando hay reconciliación aún lo disfruta más. Se levanta suspira. Mira a su alrededor.
--Mi esposo… Es mi esposo… soy su esposo.
No deja de reír. Aunque en realidad su relación no tiene porque cambiar Simón se siente diferente, se siente feliz. Ha cumplido un sueño. Camina desnudo mirando a su alrededor.
--nuestra casa, es nuestro hogar.
Conoce la casa, sabe que es el refugio de Thiago y muchas veces ha sido testigo de su amor pero ahora todo ha cambiado, ahora Thiago desea que vivan juntos ahí. Es algo de lo que han hablado mucho y al fin es una realidad. Mira esa casa con otros ojos. Nunca ha querido cambiar nada pero ahora sí le gustaría que esa casa tuviera su toque. Va caminando desnudo por la sala, mirando cada rincón pensando en lo que le gustaría cambiar. El sonido de su celular le abstrae de sus pensamientos. No quiere que Thiago se despierte, prefiere que descanse. Busca el celular, no sabe bien donde ha ido a parar. El sonido lo lleva hasta una bolsa en donde está la ropa que llevaba antes de cambiarse para la boda. Agarra sus jeans. Contesta la llamada con prisas sin mirar quien es. Contesta apurado porque lo que menos quiere en ese momento es que alguien le llame.
--después lo apagaré –dice antes de contestar.
--¿Quién es? –dice.


--Soy yo… ¿¿¡cómo has hecho una cosa así?
Es una voz que ha Simón no le apetece escuchar.
--¿¿qué quieres, Lucas?
--Para eso me dejaste?¿para destruir tu vida de esa manera?
Simón habla con reproche:
--Creí que Thiago era tu amigo.
--¡Eso fue antes de acostarme contigo¡
--Hoy me he casado con el amor de mi vida. No te quería hacer daño, me dejé llevar. Intenté ser feliz contigo pero no pude ser…
--¿porqué él y no yo?
--Lucas yo quise ser tu amigo pero tú no. Esto no tiene sentido, si quieres un día hablamos los 3.
--¡yo no tengo nada que hablar con Thiago¡ ¡¡él no te va a hacer feliz y te lo voy a demostrar¡
Lucas cuelga el teléfono muy molesto. A Simón le duele que su ex no haya superado el pasado pero Thiago siempre ha sido su amor y eso no va a cambiar nunca. Desconecta el celular y se acerca al desnudo thiago que duerme plácidamente en el sofá. Se sienta en un ladito, cerca de su rostro. Lo acaricia y lo besa.
--Te amo, no sé si algún día sea capaz de demostrarte lo mucho que te amo.
Los besos y las caricias de Simón no tardan en despertar a Thiago.
--¿qué pasó?
--Ups, lo siento. No te quería despertar.
Thiago sonríe dulcemente:
--No te preocupes, me encantan que sean tus besos los que me despierten. Thiago tira a Simón sobre de él. Se quedan un rato el uno sobre el otro. Entre caricias, besos y palabras de amor. Son muy dulces el uno con el otro.
--¿dónde quieres que vayamos de luna de miel?
--¿crees que podamos? Yo estoy a full con la novela y creo que tú también.
--sí pero un par de días nos lo tenemos que tomar, tú dime dónde querés ir y yo te llevo.
Se miran y se hablan con mucho amor, quieren darle todo el uno por el otro.
--cualquier lado en el que tú estés es una luna de miel. ¿porqué no nos quedamos aquí? Yo no necesito nada más y así nos aseguramos que nadie nos moleste.
--¿tú dices?¿sí?
--Es que sino tendremos a los de la prensa todo el día encima, ¿para qué queremos ir a otro sitio?
--como quieras…
Se besan amorosamente. Thiago le besa las manos cálidamente.
--pasaremos unos días ricos aquí los dos solos antes de volver a la rutina.
--A tu lado la vida jamás puede ser una rutina –dice Simón mirando a su esposo con amor.
Ambos se mrian con profundidad y se besan. Se levantan. Se ponen los calzoncillos ante la atenta mirada del otro.
Thiago y Simón besándose llegan al dormitorio principal.
--a partir de ahora este será nuestro cuarto, esposo mío.
Los dos se hablan con mucho amor, están muy felices.
--te amo...
--te amo...
Se abrazan con fuerza.
--tengo tantos planes, tantas cosas hermosas que quiero hacer contigo –Thiago.
Simón le sonríe y le guiña el ojo.

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