miércoles, 1 de septiembre de 2010

Capitulo 9



Simón y Thiago caminan por entre los árboles que rodea la casita de Thiago. Tomados de la mano. Ambos muy felices. La luna es su única testigo.
--tenías razón. Este lugar es perfecto para una luna de miel –dice Thiago.
Se dan un ligero beso.
--Yo te dije. Aunque la casa es demasiado grande para mi gusto es un paraíso, la elegiste bien.
Thiago le guiña el ojo divertido y dice:
--La elegí pensando en ti…
--¡mentiroso¡
Ambos siguen hablando y paseando sin soltarse la mano. Acariciándose. Se miran con amor, se hablan con cariño.
--Es cierto. ¿No recuerdas lo que me dijiste de niño?
--¡Nos conocemos de toda la vida¡¿ cómo quieres que me acuerde de lo que te dije? –divertido.
Thiago le guiña el ojo y le dice:
--Fue el día en el que nos la chupamos por primera vez… Bueno tú me la chupaste a mí y yo te seguí. No esperaba que fueras tan zarpado.
Se sonríen. Se miran con deseo.
--¿qué tendríamos?¿12 años?
Thiago asiente con la cabeza.
--o igual aún nos faltaba algún mes. Fue el inicio de algo grande.
Juntan sus cabezas. Se miran con amor y deseo.
--Yo me moría de ganas… Hacía años que nos masturbábamos el uno al otro y yo tenía ganas de sentir lo que se sería tener tu verga en la boca… --Simón.
Se van acariciando, se van mirando con amor y con deseo.
--Pues me alegro que te animaras…
--Igual si no hubiera sido ese día hubiera sido otro día.
--es cierto –dice Thiago acariciando dulcemente la mejilla de su amado—porque lo nuestro fue una gran historia de amor. Estábamos predestinados a amarnos.
Simón acaricia los labios de su amado feliz:
--te amo tanto.
Los dos se aman de una manera irremediable y aunque en los últimos tiempos han pasado temporadas separados nunca dejaron de amarse y extrañarse.
--No menos que yo.
Se han quedado parados frente a la casa, abrazados. Besándose y amándose.
--¿y porque te acordás de esto ahora?
--Yo siempre me acuerdo de todo lo nuestro –Thiago amoroso.
--si bueno pero ¿qué tiene que ver con lo de la casa?
--Pues que ese día en que nos la chupamos –Thiago le guiña el ojo y Simón responde pícaro—estábamos viendo nuestra película porno. Los actores se lo montaban en una casa como esta y tú me dijiste que te gustaría hacerlo en un lugar así.
A Simón le sorprende el comentario pero sabe que Thiago no tiene porque mentirle en algo así.
--¿en serio? No me acuerdo.
--Yo me juré que un día tendrías esta casa… Aunque cuando la compré te parecía grande y no te acordabas de lo que me dijiste…
--¡era chico, como me iba a acordar¡
Hablan divertidos, apasionados, con amor. Felices de amarse, de estar juntos, que el uno lo dé siempre todo por el otro. No dejan de besarse y repetirse lo mucho que se aman.
--¿entramos? –Thiago.
Van entrando abrazándose, metiendo sus manos bajo el jersey del otro, por el pantalón. Mirándose con deseo.
--¿no tienes hambre? –Thiago con ironía.
--sí pero de ti.
Miran el sofá.
--¿no prefieres una cama? Tenemos muchas habitaciones por estrenar.
Besándose y acariciándose van subiendo la escalera.
--¿cuál te gusta?
--¡cualquiera, cualquiera¡ --Simón.
Justo en la puerta de la primera que ve, Simón toma a Thiago en brazos.
--¿Qué crees que haces? –divertido.
--Bueno me toca… Ahora sí es nuestra noche de bodas…
Se ríen y se besan. Simón lo deja a Thiago sobre la cama y se empieza a desabrochar la camisa mientras que Thiago lo mira con deseo y le acaricia el pecho excitado. El matrimonio es feliz, ninguno de los dos se acuerda ya de los malos momentos vividos días atrás. Sólo esperan sentirse siempre así de felices.


Por otro lado, Ignacio duerme en su cama. Está soñando. Sueña que está en una casa en la playa. Está mirando una revista en la que salen reportajes de Simón y Thiago. De pronto, por la ventana ve a Simón. Va hacia el bar. Lleva camiseta pero no bañador luciendo un gigantesco pene. Ignacio sale corriendo, busca a Simón con desesperación pero no lo encuentra. Ignacio despierta sofocado. El recuerdo del miembro viril de Simón lo excita pero a la vez también lo frustra.
--¿¿¡porqué no puedo tener suerte ni en los sueños?¡
Ignacio vuelve a conciliar el sueño con la ilusión de continuar con lo que soñaba, con lograr atrapar al Simón que andaba desnudo. Lo logra pero sólo en parte. Sueña con él pero es un sueño totalmente distinto. Simón se asoma a un muro en donde hay una pequeña ciudad. Su amor está ahí dentro pero Simón está enojado porque cree que su amor lo ha traicionado. Quiere verlo pero no desea que nadie sepa que tiene interés en saber lo que hay detrás del muro. Ve a un chico atrapado en una trampa y lo ayuda para que no lo metan en el muro. Simón comprueba satisfecho que el chico ha huido. El sueño continua en la escuela que hay dentro del muro. Ignacio está con Thiago. Sentados en el piso, pegado a él. Thiago es el que está molesto con Simón. Ignacio le pide que lo perdone pero se niega. Simón se acerca a ellos. De pie pide a Thiago que lo perdone pero Thiago no quiere.

Simón y Thiago viven su primer despertar como casados. Simón es el primer en despertar. Mira con una sonrisa de felicidad a Thiago. Han dormido juntos muchas veces pero él siente que nada será igual. Mira la alianza que lleva en el dedo. Se lo besa. Esa alianza simboliza la promesa de amor eterno que se han hecho, sus ilusiones. Ambos han dormido desnudos. Simón se pone los bóxers y las zapatillas. Baja a la cocina. Espera que Thiago no despierte todavía. Quiere prepararle una sorpresa. Le ha hecho el desayuno muchas veces, sabe lo que le gusta pero nunca se lo ha llevado a la cama. A Thiago le encanta comer en la cama, no así a Simón. Thiago despierta solo en la cama. Por un momento piensa que todo fue un sueño, que Simón y él siguen enojados. La alianza que lleva en sus manos le demuestra que no, Simón es su esposo.
--¿mi amor?
Se levanta totalmente desnudo. Lo busca en el baño. Sale al pasillo. Es entonces cuando Simón, con la bandeja, se lo encuentra. Le silva.
--¡wow¡ ¿me quieres provocar? –dice con ironía.
Thiago le sonríe.
--Creo que no necesito estar en bolas para provocarle o ¿no?
Thiago le guiña el ojo. Se miran con cara de depravados.
--Te traje el desayuno…
Thiago agarra la bandeja:
--¿me dejas que coma en la cama? ¡sí lo odias¡
Simón le guiña el ojo:
--es sólo por hoy –dice con ironía.
Thiago sonríe como si estuviera haciendo alguna travesura.
--¡me muero del hambre¡
Simón se queda a su lado. Lo contempla con amor.
--¿quieres?
Simón hace que no con la cabeza pero Thiago le da igual. Luego se besan. Después de comérselo, Thiago tira la bandeja al piso.
--¿y quien va a limpiar eso? –pregunta Simón regañón.
--Mañana llamo a la mucama…
Thiago tira a Simón sobre él. Le baja el bóxers mientras le va acariciando el trasero. Se aman, se desean.
--¿Qué tal ha sido hacer con un casado? –pregunta Thiago pícaro.
Simón le sonríe:
--Ha sido la mejor noche de mi vida.
--Sí, yo también lo creo.
Los dos se ríen. Se miran con cara de depravados. Se besan, se acarician. Thiago se queda es espalda mientras Simón va frotando su cuerpo, va acariciando. Va chupando. Thiago y Simón disfrutan mucho cuando sus cuerpos se convierten en uno solo.



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