jueves, 30 de septiembre de 2010

Capitulo 26



Simón e Ignacio están juntos en una cafetería. Hablan de todo y de nada. Más bien es Simón el que habla porque Ignacio está casi en shock. No puede creer que esté con Simón, que esté hablando con él como si fuera un amigo. Simón es muy cariñoso con él.
--¿te ocurre algo? No estás a gusto conmigo? –pregunta Simón.
Ignacio habla como si le fuera a dar un infarto. Casi no le sale la voz.
--es que no puedo creer que esté aquí contigo ¡¡es un sueño¡
--pero a mí me gustaría que me vieras como alguien normal, como un amigo cualquiera del chat.
Simón se muestra afectuoso mas Ignacio alterado.
--Ya pero es que cuando estábamos en el chat yo no creía que fueras tú.
Simón le sonríe cariñoso:
--¿ah no?¿pues qué pensabas?
Ignacio casi se ahoga por la emoción. No es capaz de decir nada. Simón le acaricia la mano dulcemente:
--Necesito un amigo, necesito de vos. ¿qué puedo hacer para que te calmes?
Ignacio lo mira a los ojos y se pierde en ellos. Nunca hubiera sido capaz de decir algo así. No sabe de dónde le sale la voz.
--besame…
Luego se arrepiente. Agacha la mirada.
--mira vos, que zarpado –dice Simón divertido.
El actor no tiene nada claro lo que pretende con Ignacio ni le apetece tener una historia de amor con nadie pero necesita un refugio e Ignacio se lo da.
--perdoná, no sé que me pasó… ¡yo no te quería ofender¡
Ignacio está muy nervioso por haberse dejado llevar. Trata de justificarse pero es que ni él mismo sabe cómo se animó a decir que lo quería besar. Teme que Simón se haya enojado, que haya estropeado lo que fuera que estuviera naciendo entre ellos. Simón se deja llevar. Acaricia la mejilla de Ignacio que se sofoca aún más y dulcemente le dice:
--¿en serio me querés besar?
Ignacio traga saliva. Simón le sonríe. No se ve molesto así que no miente:
--es lo que más quiero.
Simón sonríe. Casi no le salía la voz a Ignacio, sale atropellada, habla muy nervioso. A Simón le emociona que Ignacio lo vea como un sueño y aunque lo que quiere es que lo vea como alguien de carne y huese no ve porque no poder hacerlo feliz. Acerca sus labios a los de Ignacio después a besarlo. Ignacio cierra los ojos esperando ese beso. Simón de repente grita. Se levanta. Ignacio abre los ojos.
--¿qué pasó?
A Ignacio le han tirado un café. Lucas estaba siguiendo a la pareja desde un rincón y se ríe:
--vaya. Ni que yo lo hubiera planeado… ¡ya le está bien¡ ¡¡Si Simón quiere besar a alguien que me bese a mi¡
Simón está todo sucio. Le quema la entrepierna.
--¡¿porqué no vas con más cuidado?¡
El chico que le ha tirado el café no puede con la vergüenza. Está muy apenado.
--Es que andaba con prisa. No te vi. Te juro que lo siento… Llegaba tarde y me quería tomar un café…
El acento del chico seduce a Simón. Lo mira a los ojos. Es como una energía que los une. ¿Un flechazo? Ambos se gustan.
--¡lo siento¡ ¡¡lo siento¡
Al chico le gusta Simön y por eso ahora le angustia más su torpeza.
--No pasa nada. Todo está bien –Simón simpático.
Con las servilletas, el chico trata de limpiar a Simón. Al uno le excita tocarlo y al otro que lo toque. Ignacio se da cuenta que algo está surgiendo entre Simón y ese desconocido y no sabe dónde meterse. Se siente muy incómodo mientras que Simón y el otro actúan como si estuvieran solos. Simón le agarra de la mano. Ambos se estremence. Les gusta tocarse.
--No te preocupes… No vivo lejos. ¿Eres chileno?
--sí, de Santiago de Chile.
--¡Me encanta Chile¡
--Me llamo Pablo…
--Yo soy Simón.
Pablo no sabe quien es Simón y eso a Simón le gusta. Encuentra en los ojos, en la sonrisa de Pablo lo que necesitaba para curar sus heridas. Simón extiende su mano pero acaban dándose un beso en la mejilla. Se gustan.
--estoy aquí –dice Ignacio incómodo.
Pero ambos ignoran a Ignacio.
--te invito a tomar algo –Pablo.
--No te preocupes. No hace falta.
--dejame hacer algo por ti. No sé, me estoy quedando en una cabaña en las afueras. Te puedes venir un rato este domingo y te invito a lo que quieras.
Hablan excitados. Mirándose a los ojos. La atracción y el deseo el uno hacia el otro es mutuo. Pablo tiene los primeros botones de la camisa desabrochada y lo que ve le gusta a Simón y mucho.
--sí, porque no.
Los dos se sonríen. Ignacio se levanta. Ha estado apunto de besarse con Simón. Siente que está en su derecho de defender lo que casi es suyo.
--¿¿cómo te vas a ir con un desconocido? –Ignacio.
--¿son novios? –pregunta Pablo.
--No, no. Nos conocemos del chat –Simón.
Luego mira a Ignacio. Saca un billete. Lo deja en la mesa.
--Un gusto conocerte. Nos vemos.
Y se olvida de Ignacio.
--¿ya te ibas? –Simón a Pablo.
Pablo hace que sí con la cabeza. Se van los dos juntos dejando a Ignacio solo y boquiabierto. Todo ha pasado tan deprisa que no sabe qué hacer. Lucas, igual de frustrado que Ignacio, se acerca con una cerveza.
--te invito a una, amigo.
Ignacio agarra la jarra que estaba tomando Lucas y bebe sin respirar.





Ignacio y Lucas están desnudos en la cama. En el apartamento de él. Después del momento de lujuria, llega el arrepentimiento. Ignacio se siente aún más frustrado porque aunque Lucas es guapo pues le hubiera gustado más hacerlo con Simón. Sin dudarlo habría cambiado ese momento de sexo con Lucas por un beso ni que fuera en la mejilla por Simón. Se levanta totalmente desnudo de la cama. Se empieza a vestir.
--No te vayas, quedate un rato más. Tenemos que hablar de cómo vamos a destruir a Simón.
Ignacio se pone los bóxers:
--¿de qué hablas?
--Que juntos podemos lograr que Simón la pase mal.
Lucas es vengativo pero no así Ignacio. Se sube los pantalones.
--Yo lo único que quiero es que Simón sea feliz
Lucas lo echa de la casa de malas maneras.
--¡No te quiero volver a ver nunca más¡
Ignacio no tenía intención de volver a ver a Lucas. Lucas se queda furioso. Ignacio llega a su casa frustrado.
--¿qué te pasó?
Estefanía se sorprende porque su hermano salió bien contento diciendo que iba a ver a Simón y vuelve triste.
--¿no era Simón verdad? ¡te lo dije¡
Ignacio se siente en el sofá.
--Me acosté con Lucas.
--¿con quien?
--el ex de Simón que también se acostó con Thiago.
--ah, vaya –incrédula-- pero ¿estabas con Simón?
--Sí, me iba a besar pero me dejó por un chileno.
Ignacio se levanta. Se encierra en su habitación. Se tira en la cama. Mira las fotos de Simón y llora.

Por otro lado, Simón y Pablo siguen juntos. Han dado una vuelta.
--creí que tenías prisa –dice Simón.
--Y yo creí que te querías cambiar.
Se miran, se sonríen. Se gustan, quieren besarse pero tienen miedo que el otro piense que el uno es demasiado rápido.



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